Retrasar e incluso descartar la eyaculación en la relación sexual no debe confundirse con la represión o el auto castigo o una sexualidad carente de colorido deseo.
Significa desarrollar progresivamente la voluntad desligarnos de la tiranía del instinto para utilizar su inmenso caudal en favor de nuestro desarrollo y ascensión. Este proceso se denomina Sublimación e implica ir despertando otros registros corporales, habitualmente dormidos, que también están involucrados en la experiencia sexual.
Aquél que se alimenta de sí mismo da a su pareja lo que él mismo ha obtenido. Y este dar también sucede calladamente en la relación sexual a través del corazón, la palabra, o la visión.
Para cultivar esta vía se hace imprescindible un buen entrenamiento y manejo de la Respiración para permitir que ese impulso, que habitualmente descargamos externamente, pueda subir sin peligro hacia otras zonas de nuestro cuerpo sanando los posibles bloqueos originados desde nuestra historia personal.
Las Esencias Florales, o lecturas que aumentan y equilibran nuestra frecuencia vibratoria como El Libro del Conocimiento, nos ayudan también a que este camino sea más fácil y placentero.
De esa forma la Sexualidad se nos presenta como un proceso de liberación interna que nos coloca de lleno en la vía del alma y del espíritu: un alma que va creciendo y un espíritu que la guía en el desarrollo del placer, la profundidad, la alegría y la comunicación.
José Daniel Melgar Alcaide/ Daniel Solar.
