viernes, 17 de junio de 2011

la sexualidad



La Sexualidad está inscrita en nuestras células desde el origen de nuestra existencia: fuimos concebidos, creados,- desde una perspectiva espiritual podemos decir, traídos o bajados a la Tierra- mediante un acto sexual. Fue la primera chispa, el primer motor, que encendió nuestra vida en el cuerpo. Y como la Vida, a veces la expresamos como un torrente, como una ciega pulsión, amarrada, reprimida, o desbocada....facetas distintas de la insatisfacción... o como un deseo ascendente que nos va revelando distintas posibilidades de disfrute, apertura y comunicación.

Entendida entonces como motor- y ahí los psicoanalistas, lejos de la irrealidad de ese impulso tosco de querer copular con cualquiera, subrayaron su importancia-, la Sexualidad se nos presenta como aquello que prende en acción nuestra vida, como la punta de lanza desde la cual construimos nuestra experiencia teñida de deseos, miedos, culpa, alegría, anhelos, e iluminación.
Mas... ¿Qué hacemos con nuestra sexualidad? ¿Cómo y hacia dónde la direccionamos?, ¿Nos lleva ella misma, o nosotros la manejamos? Hacer, permitir que ese motor nos conduzca hacia terrenos satisfactorios de autorrealización y trascendencia es el objetivo de esta propuesta.

Al elegir los términos “divino” y “dignificación de la materia” quise por fin sellar esa asociación no siempre entendida entre experiencia corpórea, que parte del deseo terrestre hacia el amor y la comunicación, y conciencia espiritual , dos realidades que, encajadas, afinan con nuevos y ricos tonos nuestra Sexualidad.

José Daniel Melgar Alcaide/Daniel Solar.

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