lunes, 11 de julio de 2011

Orgasmo y eyaculación.



Funciones habitualmente asociadas pero también separables.


Es posible entonces vibrar en uno o varios orgasmos corporales sin derramar semen.


La energía condensada en este hecho sube por la columna vertebral y se reparte por todo el cuerpo: el placer se incremeta y el amor se expande en función de nuesta intención y depuración. Hacemos entonces el amor con nosotros mismos con el "otro" y con el Cristo que nos habita.



Daniel Solar.


www.respiraanima.blogspot.com


1 comentario:

  1. Hablar de Cristo en la relación sexual y amorosa no supone necesariamente ninguna filiación religiosa sino la incorporación y el desarrollo en nosotros de las cualidades que esa figura, en un sentido arquetípico, evoca.

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